Conocí a Dori trabajando como voluntaria en la Fundación Juan Fe en Medellín. Camila y yo tuvimos la oportunidad de visitar la casa de Dori para preparar una comida. Dori tiene la niña más increíble. Luciana tiene cinco años y tuvimos un vínculo especial desde el momento en que nos conocimos. Dori vive con su hermana Sandra en una casa con paredes de plástico y elementos de madera con techo de chapa corrugada.
Después de comprar algunos ingredientes, viajamos en autobús a Robledo y luego hicimos una caminata de 20 minutos cuesta arriba hasta su residencia. La cocina era bastante sencilla, pero tenía todo lo necesario para preparar una buena comida. Cociné espaguetis con verduras frescas, carne molida y tocino en salsa de crema. Todos encontramos un espacio en la cama de Dori y disfrutamos de compartir un rato juntos. Dori compartió los desafíos de sus condiciones de vida actuales y su deseo de algún día construir una casa en la propiedad que le había dado la abuela de Luciana.
Después de hacer el viaje de una hora hasta su casa, y ver con mis ojos cómo ella sacó lo mejor de la situación difícil, quedé más que impresionado. Solo el hecho de que Dori llegara a trabajar a tiempo con la actitud más asombrosa realmente conmovió. Cuando consideras criar a una niña tan increíble, sentí la necesidad de tomar alguna acción en un intento de hacer las cosas un poco mejor. Todos en este mundo necesitan ayuda de vez en cuando.
Hicimos planes para poner en marcha el proyecto el lunes siguiente. Me acompañaron mi amigo Daniel y un contratista local llamado Luis. Hicimos una visita a la ferretería local para comprar algunas herramientas. Comenzamos a excavar el área a lo largo de la pared frontal para instalar la barra de refuerzo para conectar con la estructura existente y las columnas que ya estaban en su lugar. Más tarde ese día compramos la mezcla adicional de…
